martes, 6 de octubre de 2009

Wall Street cree en siete verdades que suelen ser falsas

Muchas veces los mercados se dejan llevar por leyendas que más de una vez demostraron ser claramente nefastas para los inversores





Muchas veces los mercados de capitales se dejan llevar por leyendas o premoniciones, que más de una vez demostraron no ser para nada rentables. El abanico de suposiciones va desde suponer que las administraciones republicanas son favorables para los mercados, a que octubre suele ser un mes negativo para las acciones y hasta el supuesto que las guerras son beneficiosas para los inversores.

En los últimos tiempos estas ideas fuerza chocaron con la realidad. Ni siquiera los analistas eligen siempre los mejores activos. Y los inversores, menos.

El mercado prefiere a los republicanos. Según Ned Davis Research, la variación anual del Dow durante el mandato de presidentes demócratas del 4 de marzo de 1901 al 8 de julio de 2008 fue levemente superior al 7 por ciento. Pero cuando estuvieron los republicanos al frente de la Casa Blanca, ese rendimiento se redujo a la mitad. El mejor desempeño del mercado bursátil hasta el momento se produjo durante la presidencia de Bill Clinton, un demócrata.

Es posible predecir el ciclo del mercado basándose en el ciclo presidencial de EE.UU. El mercado bursátil tiene pocas cosas con las que uno pueda contar. Según cuenta la historia, el primer año del mandato de un presidente es el más débil para las acciones, y el tercero, el más fuerte.

El segundo y el cuarto año tienden a ser promedio. La frase clave es “tienden a”. Según la tradición del ciclo presidencial, 2008 debería haber sido un año normal, pero el S&P 500 cayó un 37%. Y este año, que debería haber sido malo, el S&P 500 ha subido un 13,5%.

Octubre suele ser el mes que mata a las acciones. El peor mes para los mercados es septiembre, no octubre. En septiembre la variación promedio mensual en el precio del Dow Jones desde 1900 fue negativa en el 1,1%. Por lo general en febrero y mayo también se producen pequeños descensos. Octubre, con un alza promedio del 0,1% es apenas el cuarto mes de peor desempeño. Es cierto que en octubre se registaron numerosos desplomes bursátiles, pero hubomuchos octubres inolvidables.

La guerra es algo bueno para el mercado. Como el gasto en la Segunda Guerra Mundial ayudó a la economía de EE.UU. a salir de la Gran Depresión, muchas creen que un creciente gasto militar se correlaciona con un mercado bursátil alcista. Con frecuencia esto no es cierto. El mercado avanzó poco en los años setenta, cuando la Guerra de Vietnam estaba en su apogeo. Y tuvo una época de auge en los años ochenta, una década que podría considerarse de relativa paz.

Las mejores empresas ofrecen las mejores acciones. Las acciones suben cuando una compañía supera las expectativas. Las mejores empresas normalmente inspiran grandes esperanzas entre los inversores, que son difíciles de superar. Analistas comenzaron a escribir sobre acciones en 1972, cuando las 50 empresas favoritas de los inversores estaban en boga. Compañías como International Business Machines Corp., McDonald’s Corp. y Xerox Corp. eran tan adoradas universalmente que los inversores pagaban gustosos 60 veces sus beneficios por poseerlas.

Efectivamente, eran buenas empresas y sus beneficios continuaron subiendo por diez años o más. No obstante, eran malas acciones, porque la gente pagaba de más por su éxito previsto. El equivalente actual es Apple Inc. El fabricante de productos como los ordenadores iMac, los teléfonos móviles iPhone y los reproductores portátiles de música iPod, es muy rentable, no tiene deuda y es admirado en todo el mundo.

Esa es la razón por la que las acciones se venden por 32 veces los beneficios, más de seis veces el valor contable y casi cinco veces los ingresos. Apple es una compañía fabulosa. Pero se pronostica que por dos años solo será una acción promedio.

Los analistas son una buena guía para seleccionar acciones. Estos personajes son inteligentes, conocen a los directivos de una empresa mejor de lo que un simple inversor podrá hacerlo, trabajan muchas horas y tienen asistentes jóvenes y hábiles. Nada de eso necesariamente los vuelve capaces para seleccionar acciones. En un estudio, que comenzó hace diez años, las acciones más favorecidas por los analistas tienen un desempeño inferior al del índice Standard & Poor’s 500. Los analistas tienden a dejarse engañar.

Cronometrar el mercado puede mejorar considerablemente sus rendimientos. Hay menos “cronometradores del mercado” exitosos que luchadores de sumo delgados. La mayoría de las personas que intentan cronometrar el mercado acaban perdiéndose los repuntes inesperados que representan una parte considerable de las alzas a largo plazo del mercado. Por ejemplo, el tirón alcista de esta primavera lo hubieran pasado por alto.

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