viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Cuál es la letra del alfabeto que mejor describe la salida de la crisis?

Como pocas veces en la historia económica moderna, la salida de la crisis genera en el mundo académico y de negocios intensas discusiones sobre la forma que adoptará en el futuro. Para eso los analistas apelan a figuras mediante las que intentan resumir el futuro de la economía global


En septiembre de este año Ben Bernanke, el titular de la Fed, anunció que ya observaba la aparición de los primeros “brotes verdes”, pero no se animó a emitir un juicio sobre las consecuencias de la mayor debacle en varias décadas. Fue precisamente esta dualidad en el mensaje un reflejo de cómo los mercados y los analistas avizoran el futuro inmediato.


Las opiniones están fuertemente divididas y las diferencias crecen a medida que surgen nuevos indicadores. Los más optimistas hablan de una pronta recuperación, mientras que en el otro extremo pronostican una recuperación mucho lenta de lo esperado.

La discusión apela al alfabeto
No será lo mismo que la reacción de la economía describa una forma similar a la U que a la V, o a la W. Las diferencias entre ellas resultan sobresalientes. Para la economía y, por supuesto, para las bolsas.


En términos alfabéticos, los bandos se dividen en:

L: implica caída y estancamiento posterior. El ejemplo clásico, según consigna Orlando Ferreres es Argentina entre 1998 y 2001. La explicación es que una vez que la economía toque fondo ingresará en un largo período de estancamiento y probablemente inflación. Esta alternativa recogió mucho adherentes al inicio pero se fue desdibujando con el tiempo.

V: esta forma es que pronostican los optimistas, que consideran que se registrará una recuperación acorde a una fuerte caída. El ejemplo clásico es Hong Kong entre 1997 y 1999.

U: la superación será pronunciada pero mucho más lenta, de acuerdo a los daños que generó la crisis. Los analistas la asocian a lo ocurrido en Japón entre 1998 y el 2000.

Este es el escenario elegido por Nouriel Roubini, uno de los garúes más respetados por Wall Street. El “doctor catástrofe” considera que “no habrá una recuperacón rápida ni nada por el estilo. El riesgo de una nueva caída de la economía es, por el momento, poco probable”.

W: una cierta recuperación inicial sería seguida por una nueva contracción que eche por tierra todo el crecimiento logrado hasta ese momento. El ejemplo más claro es Suecia entre 1991 y 1993, período en el cual sobrevino una nueva crisis luego de una recuperación inicial.

Las razones que dan los partidarios de la W en la reactivación global son el incierto equilibrio de factores positivos y negativos que se ciernen sobre el horizonte. Si bien se diluyó la posibilidad del colapso del sistema internacional de pagos, ello no dio lugar a un crecimiento económico de niveles anteriores al estallido de la crisis económica.

El premio Nobel Joseph Stiglitz se suma a esta posición, cuando considera que “la crisis no ha terminado”. En su opinión la economía a nivel global será débil por al menos otros tres años con un aumento del desempleo y la pobreza”.

Paul Krugman, otro economista laureado por la Academia de Ciencias sueca, afirmó recientemente que espera una recaída de los mercados en los próximos seis a ocho meses, por lo que también abona a esta teoría.

Para muchos, esta posibilidad es la que genera la mayor preocupación. Es decir, que después de una sólida caída se produzca una especie de tímida recuperación que no sería sino una cicatrización en falso a la que seguiría una nueva caída tras la cual sí llegaría la recuperación definitiva.

Según las perspectivas financieras de Saxo Bank, es factible una recuperación en 'W' en las economías desarrolladas y que transcurran "otros 18 meses hasta que se materialice ese empeoramiento posterior a la reactivación primera”.

X: quienes eligen por esta letra esgrimen el argumento de que a esta altura de las circunstancias, es casi imposible prever como evolucionará la crisis.

Dejen el abecedario, practiquen matemáticas

Todas las definiciones bajo formas de letras parecen haber quedado atrás. La última teoría sobre la salida es que se parecerá más a la de una raíz cuadrada, es decir, tras un primer rebote, la recuperación económica será frágil y lenta y se asentará en un crecimiento medio inferior al de ciclos anteriores, debido a que el consumo y la inversión van a ser menores que en la etapa anterior.

Es la visión que tienen por ejemplo los expertos de UBS, que apuestan abiertamente a esta alternativa por varios factores:
  • El desapalancamiento de los balances de bancos, empresas y familias;
  • La suba de las tasas de interés,
  • La absorción de liquidez por parte de los bancos centrales a partir del 2010
  • Un crédito cada vez más escaso y caro,
  • Un exceso de capacidad productiva,
  • Un consumo débil debido a la elevada tasa de desempleo y
  • Un enorme déficit público que obligará a subir los impuestos y reducir el gasto


Según una encuesta realizada por elEconomista, el 65% de los expertos consultados asegura que esta es la forma que más probabilidades tiene de concretarse en el futuro. Tras ella figuraría la W, que suma el 17% de las adhesiones y la U, que es apoyada por el mismo número de expertos.


En cuanto a la V, según los analistas, no será escrita en esta historia económica, ya que ninguno considera que haya probabilidades de que se produzca un crecimiento tan rápido.


A esta postura se suma el ex presidente del Banco Central Mario Blejer, quien afirmó en una reciente presentación organizada por el Banco Meridian que son pocas las probabilidades de proyectar una salida en forma de "W" con una segunda caída, pero al mismo tiempo descartó una recuperación en forma de "V", como lo fue después de la crisis del 2001.


Para Blejer, la W está casi descartada, pues “al menor atisbo de recaída, habrá una profundización de las políticas monetarias y fiscales en EE.UU. No hay que olvidarse que el 2010 será un año electoral”


"La pregunta que se viene es si estamos frente a un V o una W, si se viene una recaída hasta llegar a un crecimiento sostenido o no. Creo que la posibilidad de una W es baja pero parece que tampoco es una V, sí una raíz cuadrada, es decir, crecimiento más alto pero no tanto como en los niveles precrisis", apuntó.


Para el economista, “las políticas activas ayudan a salir pero tienen secuelas que pueden llevar a nuevas burbujas o crisis en el futuro mediato”.


El premio Nobel de Economía 2005, Robert Aumann coincidió con Blejer, cuando aseguró que “los efectos negativos llegarán cuando Obama ya no esté en la presidencia, no se verán los malos efectos en tres o cuatro años sino en ocho”.


Los motivos que esgrimió Blejer al defender su posición se basaron en el elevado endeudamiento del consumidor medio de EE.UU., el elevado desempleo y la fuerte pérdida de riqueza a nivel agregado en ese país.


¿En dónde se encuentra la economía hoy?
La mayoría de los analistas estiman que la economía se encuentra en la segunda parte de este signo, es decir, sufrió una rápida contracción económica seguida de una recuperación, que da paso a un periodo de largo letargo y cuyo reflejo sería un crecimiento estancado en los próximos ejercicios.


De hecho, aseguran que la mejoría de los últimos meses se debe a una recuperación financiera más que económica. Es decir, está siendo empujada por fuertes subas de los mercados de acciones en los últimos meses y precios de las materias primas, en vez de tener un impacto directo en el consumo interno.


Los problemas como el desempleo, que es pieza clave en la economía, siguen estando presentes y las mejoras reales han sido muy escasas o inexistentes.


"A corto plazo creemos que los datos económicos van a ser positivos, como consecuencia de las inyecciones de liquidez de los bancos centrales y los efectos positivos de las medidas fiscales (que no se agotarán hasta mediados de 2010). “La clave es si, una vez agotados, hay demanda interna suficiente para seguir creciendo", dijo Rosa Duce, economista del Deutsche Bank.


La experta añade que dado el incremento del desempleo y la necesidad de corregir el alto endeudamiento público en EE.UU. y Europa, lo más probable es que por delante vengan años de crecimientos inferiores a lo que deberían hacerlo.


El efecto sobre los mercados
Las bolsas se nutren de expectativas y éstas serán diametralmente distintas entre una y otra letra. Si pudieran elegir, los mercados bursátiles se inclinarían por una V, ya que la recuperación sería rápida.


La W implica que primero se produciría una leve reacción, a la que seguiría una recaída antes de consolidarse la verdadera recuperación. ¿Y una U? Reflejaría que la economía permanecería paralizada durante un tiempo antes de reactivarse.


En el caso de la raíz cuadrada -también apodada por algunos gestores como el signo de la marca deportiva Nike-, describiría una acelerada reacción inicial, tras la que sobrevendría un duradero letargo.


La bolsa se anticipa a la economía en torno a seis u ocho meses, por lo que va por delante de los datos económicos que se están conociendo en la actualidad. Por eso, las presentaciones de los resultados son seguidas con mucho detenimiento por toda la comunidad financiera, ya que los principales índices se encontrarían ahora en la parte más alta de la raíz cuadrada y de los resultados dependerá su evolución en el futuro.


Los expertos consideran que el principal problema vendrá cuando las bolsas entren en el tramo horizontal de la raíz cuadrada, ya que la volatilidad puede marcar la tendencia de los mercados, con subidas y caídas abultadas. Y es que consideran que 2009 va a cerrar con unas revalorizaciones difíciles de repetir.







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