martes, 13 de enero de 2009

El mundo de las finanzas pronostica el estallido de una nueva burbuja

En la última década se formaron diversas burbujas financieras que pasado un tiempo estallaron, con inevitables consecuencias: la de las acciones tecnológicas, la inmobiliaria, la del crédito y la de los commodities. Cuál es la que pronostican ahora los especialistas. Sus efectos

En la última década se ha visto la formación de una serie de burbujas de activos que pasado un tiempo estallaron, con inevitables consecuencias: la de las acciones tecnológicas, la inmobiliaria, la del crédito y la de los commodities.

Ahora podría ser el turno de los bonos de Estados Unidos. La oferta de estos títulos viene creciendo a niveles récord para que el Gobierno de ese país pueda pagar el voluminoso rescate de su economía, sostenida por una fuerte demanda, producto de la denominada “fuga a la calidad” de los inversores (“fly to quality”), que impactó negativamente en los rendimientos de los mismos.

Según Mauro Gini, de FDI, “los mercados internacionales ven cada vez con más preocupación el futuro de los bonos del Tesoro de EE.UU. pues de existir algún problema sería absolutamente traumático”.

Los inversores institucionales domésticos y los extranjeros, entre ellos los bancos centrales de Asia, ya tienen miles de millones de dólares en deuda del Gobierno de Estados Unidos y podrían sufrir enormes pérdidas de capital, llevándolos a vender ante el primer indicio de inconvenientes.
En su última edición, la revista especializada Barron's ha lanzado un contundente “Get out now!” ("Salgan ya!") a sus lectores, advirtiendo de notables pérdidas en sus posiciones, en caso de permanecer invertidos en renta fija soberana.

Si los bancos centrales extranjeros e individuos, que tienen más de la mitad de la deuda del Gobierno estadounidense por u$s5.8 billones, de acuerdo con los datos del Tesoro de Estados Unidos, repatriaran los fondos, el dólar se derrumbaría.

Esta situación incrementaría aún más el riesgo de tener en cartera títulos estadounidenses, pues los inversores pierden cualquier beneficio cuando se pasan a sus propias monedas.

El miércoles de la última semana surgieron señales de una menor demanda de la deuda del Gobierno estadounidense, cuando las cuentas extranjeras compraron menos de lo habitual en una colocación récord de u$s30.000 millones en notas a tres años.

Nadie quiere comenzar una fuga y ver luego cómo sus tenencias pierden valor, pero también es cierto que nadie quiere ser el último en vender y sufrir las mayores pérdidas.

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