lunes, 29 de diciembre de 2008

Manejar un taxi o trabajar en Shanghai, el nuevo dilema para los ex de Wall Street

Desde el inicio de la crisis, la ciudad de Nueva York y más precisamente Wall Street enfrentan una fuerte expulsión de ejecutivos medios y altos, cuya reinserción laboral es cada vez más compleja. Ante esto, surgen ofertas de empleo de la más variada índole


El diario Daily News publicó que muchos de los miles de neoyorquinos que han quedado sin trabajo a causa de la crisis han pedido una de las 45.805 licencias de conductor de taxi que tiene expedidas la ciudad.

Se trata de la cifra más alta en la historia de Nueva York y es un 19% superior a la de hace un año, aunque entre todos ellos se deben repartir los 13.000 taxis amarillos que hay en la ciudad, lo que ha hecho que muchos garajes estén teniendo que rechazar ofertas.

"Estoy diciendo a la gente que vuelva mañana. Estoy mandando a gente a casa constantemente sin un coche. Es una situación muy mala", asegura al diario Syed Zahoori, quien lleva 17 años al frente del garaje Harlem Yellow Cab.

El presidente de la Comisión de Limusinas y Taxis de Nueva York, Matthew Daus, asegura que en tiempos de debilidad económica siempre aumenta el flujo de conductores, "pero este año parece que se están alcanzado récords".

Se calcula que en Nueva York han perdido su empleo 10.000 personas desde el pasado mes de agosto, aunque está previsto que se haga efectivo el despido de varios miles más en los próximos meses.

"Vienen gestores inmobiliarios, gente de Wall Street y empleados de hoteles", asegura Richard Wissak, quien gestiona una flota de 130 taxis y 600 conductores.
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Según escribe Dennis Berman en el Wall Street Journal “sigue circulando una historia posiblemente apócrifa de un ex banquero de valores hipotecarios de J.P. Morgan Chase que ahora opera una elevadora mecánica”.

Verdad o fantasía, todo un símbolo de la situación actual. Lo ocurrido en este rubro no difiere sustancialmente de lo que ocurre en otras áreas, como ese ex empleado de Wall Street que ahora ocupa el cargo de chofer en la compañía General Construction de Manhattan, mientras que el conductor que hizo ese trabajo durante 15 años pasó a ser mensajero.

Fue una forma de despedirlo.

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