Ante la posibilidad cierta de que Argentina incurra en un nuevo default
de su deuda, vuelve a la memoria colectiva lo sucedido a fines de 2001 y
principios del año siguiente, cuando en un clima de jolgorio el por entonces
efímero presidente Rodriguez Saa anunció ante un Congreso eufórico que se
declaraba la cesación unilateral de pagos.
Debieron pasar varios años para que otra crisis, esta vez ajena, nos
hiciera rememorar esos momentos. Se trataba de la ampulosa crisis griega, que puso en jaque a la poderosa
Eurozona.
Si bien ambos acontecimientos de impago fueron
los más voluminosos en cuanto al monto declarado, para desilusión de muchos ni Grecia
ni la Argentina son las naciones con más crisis de deuda externa a lo largo de la
historia.
En tal sentido, el país que más crisis de deuda externa ha tenido a lo
largo de la historia es España,
con 14 crisis relacionadas
con compromisos financieros.
Así se desprende de un ranking de países con más defaults desde el siglo XVI (o
su independencia) elaborado a partir de datos compilados por Kenneth Rogoff y
Carmen Reinhart, de la Universidad
de Harvard, y otros investigadores.
A España le siguen en orden de eventos Venezuela y Ecuador (con 11); Brasil (con 10), y Costa Rica, México, Perú
y Chile (con 9), en tanto que hasta ahora Argentina figura bastante más
abajo, con 8 eventos, por ahora y Grecia con 6.
En cambio, la Argentina si ostentó
por algunos años el triste récord de
haber tenido el cese de pagos más grande la historia. Ocurrió precisamente
en 2001, cuando no se cumplió con un pago de deuda equivalente a u$s77.000
millones, hecho considerado hasta ese momento por economistas como Jill Hedges
como el default soberano más grande de
la historia.
Sin embargo, algunos años después, la nueva marca la estableció Grecia en 2010, cuando quebrado
por la crisis financiera que estalló en 2008, declaró un default por unos
u$s276.000 millones. Se trató de una reestructuración que estuvo bajo los
auspicios de la Unión Europea y el FMI.
De todas maneras, los economistas creen que es muy difícil hablar del
"mayor default de la historia", ya que es complicado comparar cesaciones de pagos del
pasado, en monedas cuyos valores son difíciles de actualizar, con las más
recientes. Ahora el monto en juego ronda los u$s66.000 millones, es decir por
debajo del impago de 2001
¿Cuál fue el primer default de la historia?
Demás está decir que la opción de declarar un “pagadiós”
no es novedosa, ya que el incumplimiento del pago de una deuda es, al parecer, tan antiguo como
la historia misma.
Los economistas ubican en Grecia
la primera forma de default registrada, en el año 377 antes de
Cristo, cuando una decena de polis -ciudades griegas- decidieron no cumplir con
sus obligaciones financieras.
Sin embargo, la mayoría de las crisis de deuda en la Antigüedad se
resolvieron a través de la inflación
y las devaluaciones, con lo que se terminaba devolviendo menos dinero en
términos reales, como una suerte de reestructuración de facto.
¿Las cesaciones de pagos son eventos extraordinarios
o comunes?
Los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, de la Universidad de Harvard, contabilizaron
los defaults de deudas soberanas (las declaradas por Estados) desde 1800 hasta
la década de 2000 y su estudio llegó a 250 cesaciones de pagos en 200 años, es
decir, un promedio de más de una por año.
Antes del siglo XIX los defaults se producían mayoritariamente por
eventos extraordinarios como guerras
y revoluciones, pero a partir de entonces han estado más vinculados al manejo financiero.
La conclusión de los investigadores de Harvard es que los defaults
son inherentes a la economía
global y no son tan raros y anormales como algunos países
centrales, economistas ortodoxos y medios de comunicación quieren hacer
parecer.
Según las Naciones Unidas sobre esta materia, los países en desarrollo han sido
los más vulnerables a
las crisis de deuda a partir de la década de 1950, ya que desde entonces ha
habido más de 600 casos de
reestructuraciones en unos 95 países, un fenómeno que el organismo
considera "generalizado".
En sentido inverso, hay muy pocos países que dejaron de pagar sus deudas
o las han reestructurado. Entre ellos figuran Suiza, Bélgica, Noruega, Finlandia, Corea del Sur, Singapur y Nueva
Zelanda.
Curiosamente, países como EE.UU., Reino Unido y Alemania, si bien no
tienen un historial limpio, son considerados "creíbles" por los mercados internacionales. En tal sentido,
las principales razones son dos: porque han tenido largos períodos libres de defaults y porque
son los grandes acreedores del mundo.
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