lunes, 20 de julio de 2009

La fuga de capitales agrava la recesión y lleva al Gobierno a un callejón sin salida

La salida de divisas acorrala a la administración K y la deja con muy poco margen de acción. La economía se seca. Llegan vencimientos de deuda y el país no tiene crédito externo. Analistas explican qué pasará en los próximos meses y qué sector aparece nuevamente en la mira para “salvar la caja”


La fuga de capitales no cesa y es de por sí el problema más grave que enfrenta el Gobierno.

En lo que va del año, salieron del sistema unos u$s10.000 millones, cuando el superávit primario (ingresos menos egresos) fue apenas de $6.000 millones y prácticamente se extinguirá en el segundo. En 2008, dicha cifra había sido tres veces superior.

El tema es grave, dado que la dolarización seca la economía del país, deja sin resto al sector público a la hora de incrementar reservas y de proveer liquidez al mercado financiero. En definitiva, reduce la cantidad de dinero disponible para que los bancos presten al sector privado, alargando aún más la recesión por la que transita el país.

Para el economista Carlos Melconian, de M&S Consultores, el nivel de actividad del tercer trimestre puede ser peor que el del segundo porque “la fuga de capitales sigue alta, el consumo empieza a sentir la sequía monetaria y la inversión privada está totalmente parada”.

En igual sentido, Aldo Abram, titular de la consultora de Exante, sostuvo a iProfesional.com que “la dolarización tiene un impacto adicional en las cuentas públicas al disminuir la recaudación”. Se agrava el problemaHasta la crisis del campo, el único comprador de divisas era el Banco Central, que como contrapartida emitía pesos que volcaba al mercado y alimentaba así al circuito monetario.

Desde abril de 2008 la situación cambió radicalmente: el sector privado desplazó al BCRA en la compra de divisas y dejó a la entidad con poco margen de maniobra para inyectar pesos al sistema.

"La fuga de capitales empezó en el 2007 y se acentuó en el 2008 con el problema del campo en marzo, con la expropiación de las AFJP en octubre y el acto eleccionario de este año", afirmó Abel Viglione, analista de FIEL a iProfesional.com.Los u$s43.000 millones que salieron desde mediados de 2007 equivalen a una pérdida anual del 8% del Producto Bruto Interno.

El pico más alto se dio en el segundo trimestre de 2008. A partir de entonces, la situación pareció descomprimirse durante los primeros meses de 2009, pero en junio volvió a encenderse la alarma, fiel reflejo de que el problema de fondo subsiste y más aún, tiende a agravarse, a pesar de los estrictos controles de AFIP, CNV y Banco Central sobre los grandes compradores.

Esta vez, el detonante fue "la incertidumbre que trajo las elecciones", tal como subrayó Abram. Los diferentes economistas consultados por iProfesional.com estimaron que la fuga de divisas durante junio osciló entre los u$s2.200 y u$s2.400 millones, por lo que el semestre habría concluído con un monto que rondaría entre los u$s9.800 y los u$s11.500 millones.

“En junio, la fuga terminó en u$s2.400 millones y el BCRA debió vender más de u$s800 millones para que el dólar no suba”, explicaron desde la consultora dirigida por Carlos Melconian y Rodolfo Santángelo.

¿Quién se lleva el dinero?Según Economía y Regiones, la consultora que conduce Rogelio Frigerio nieto, la salida de capitales del sistema es consecuencia de las expectativas negativas de los agentes económicos y del clima de desconfianza que impera en la actualidad.

“En realidad, mucha gente tiene la imagen de que la fuga de capitales está representada por un hombre rico con una valija llena de dinero que va a dejar el país, pero en realidad es algo mucho más amplio y tiene que ver con la incertidumbre sobre las futuras acciones del Gobierno”, explicó el director de Exante.

El analista agregó que "la mayoría de los argentinos, ante el temor optan por ahorrar, retirar los depósitos y comprar dólares para dejarlos en el placard o en cajas de seguridad. Esta medida tiene como principal costo una caída en el nivel de la producción, básicamente porque se estanca el consumo”.

Hoy en día, merced a los controles que ejerce la Secretaría de Comercio Interior sobre las mesas de dinero y las propias compañías para evitar la compra, el movimiento de billetes se explica por la demanda minorista.“La fuga de capitales es hormiga”, dijo el economista Orlando Ferreres. “Es la gente que los adquiere en las casas de cambio, pero no solamente en la calle San Martín, sino en cada provincia y en cada pueblo”, agregó.

Uno de los grandes canalizadores de los fondos que emigran es la República Oriental del Uruguay. En el último año, los depósitos de no residentes, dentro de los cuales se estima que un 90% es de residentes argentinos, creció un 40 por ciento.

Cabe apuntar que esta suba supera en casi diez puntos al crecimiento registrado por los plazos fijos en esa moneda radicados en bancos argentinos.

A ello debe sumarse la fuerte presencia de colocaciones de no residentes en cajas de seguridad, situación por la cual se está ante una virtual ocupación del 100% de la capacidad instalada, tanto en una como en la otra orilla del Plata.

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