jueves, 30 de julio de 2009

¿Necesita Barack Obama un segundo plan de estímulo fiscal?

Los asesores económicos de la Casa Blanca creen que, sin mayores estímulos fiscales, el desempleo -que ya se aproxima al 10%- puede seguir en aumento haciendo aún más lenta y dolorosa la recuperación de la economía norteamericana. Qué opinan los especialistas sobre la medida

En medio de la recesión que vive la economía de Estados Unidos y la pérdida de popularidad que la nueva administración ha empezado a experimentar, el presidente Barack Obama se encuentra frente a dos problemas críticos: el aumento del desempleo y la profundización del déficit fiscal.


Intentar resolver el primero puede agravar el segundo, pero si no actúa frente a la creciente tasa de desocupación las aspiraciones de su partido para acrecentar su mayoría en las elecciones legislativas del 2010 se pueden esfumar.

Los asesores económicos de la Casa Blanca creen que, sin mayores estímulos fiscales, el desempleo -que ya se aproxima al 10%- puede seguir en aumento, haciendo aún más lenta y dolorosa la recuperación de la economía norteamericana y lastimando la credibilidad del Presidente.

El problema es que el apoyo del Congreso a un nuevo paquete de ayuda sería muy costoso en términos políticos ante un déficit fiscal cercano al 12% del Producto Bruto Interno (PBI) y una expansión de la deuda pública que puede llegar al 90% del PBI para el 2014.

Entre los argumentos más usados por los republicanos está que el plan de estímulo y rescate económico promovido por el Gobierno durante los últimos meses es equivalente a la suma ajustada por inflación del:
  • Plan Marshall para la recuperación Europea,
  • El proyecto del hombre a la Luna,
  • La Guerra de Corea,
  • La invasión a Irak y
  • El famoso New Deal, elaborado por Franklin Delano Roosevelt, para salir de la Gran Depresión

Por su parte, la consejera económica de la Casa Blanca, Cristina Romer ha sido enfática en señalar que dedicar todas las baterías en el corto plazo para reducir el déficit fiscal también puede acarrear problemas, más aún saliendo de una recesión profunda.

En este contexto, se abrió un gran debate nacional en el que muchas voces alertan sobre la necesidad de un segundo plan de estímulo fiscal destinado a los mercados laborales, aunque lo peor de la crisis económica y financiera ya parece haber quedado atrás.

El economista Nouriel Roubini, el gurú que anticipó la crisis subprime, expresó que, "de hecho, podríamos necesitar un estímulo fiscal a comienzos del próximo año o antes del fin de este año".

"Podría estar en el rango de u$s200.000 millones y u$s250.000 millones, no demasiado pequeño, no demasiado grande" ya que, si se diera este último caso, “los mercados financieros comenzarían a preocuparse por la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos, con graves consecuencias negativas para el mercado de bonos”, añadió.

Sin embargo, Roubini aceptó que "lo peor está detrás de nosotros en términos de condiciones económicas y fiscales", ya que la economía sigue contrayéndose, pero a un paso más lento.

La opinión de Warren Buffett
El “gurú de Omaha” señaló en una entrevista que el desempleo podría alcanzar el 11% y coincide con Roubini sobre la necesidad de ese paquete. "No estoy prediciéndolo, pero no me impresionaría", dijo sobre la cifra del desempleo.

"Vamos a salir de este año mejor que nunca. Los mejores días de Estados Unidos yacen adelante, pero no en la próxima semana ni próximo mes", resumió.

Buffett, el multimillonario fundador de Berkshire Hathaway, indicó que los estadounidenses sufrieron "un shock al sistema" por las dificultades económicas del último trimestre del año pasado, pero ahora comenzaron a repuntar.

"No nos encontramos en una caída libre, pero tampoco estamos en una recuperación", dijo el inversionista al programa "Good Morning America" de la cadena ABC.

"Perfectamente podría solicitarse un segundo paquete. No es una panacea. Un estímulo es lo correcto. Esperás que no se diluya", reflexionó el inversor.

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y profesor en la Universidad de Columbia, también está a favor.

“El problema fundamental es que el primer estímulo no es tan grande como aparenta por las reducciones de las compensaciones en los ingresos estatales. La red de estímulos es mucho menor que los estímulos publicados debido a las compensaciones estatales y los efectos locales”, explicó.

“Yo crearía un plan para compartir ganancias, en el que el Gobierno realice una compensación efectiva por el déficit en la recolección de impuestos estatales y locales que han ocurrido como resultado de la recesión y la caída”, afirmó.

La opinión del Gobierno
Los líderes estadounidenses deben estar abiertos a la posibilidad de su implementación para impulsar más la actividad, que aún sufre una hemorragia de empleos, dijo recientemente el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes del Congreso, Steny Hoyer.

Para Hoyer aún es muy pronto para saber si el esquema de estímulo a dos años por u$s787.000 millones aprobado en febrero está teniendo el impacto deseado en la economía, que está en recesión desde diciembre del 2007.

"Ciertamente, es muy pronto ahora para saber si no está funcionando", dijo Hoyer. "De hecho, asumimos que lo está haciendo. Creemos que hay muchas personas que de otro modo hubieran sido despedidas, y eso no ha pasado", agregó.

"Pero debemos estar abiertos a ver si necesitamos acciones adicionales", sostuvo. El mes pasado, los empleadores eliminaron unos 467.000 puestos de trabajo, lo que envió la tasa de desempleo al 9,5%, récord en casi 26 años.

Sin embargo, se prevé que el panorama laboral empeore en los próximos meses. El presidente Barack Obama y muchos economistas predicen que aumentará arriba del 10 por ciento.

Por lo tanto, las sugerencias de un segundo estímulo han estado incrementándose ante las críticas de los republicanos que han argumentado que el primer paquete estuvo mal enfocado y derrochó dinero en programas que no favorecerán a la economía ni crearán empleos.

El secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner aseguró que el plan implementado en febrero tendrá su mayor impacto en la inversión en la segunda mitad de 2009. Además, no cree que en este momento se pueda decidir si será necesario avanzar en otro similar el próximo otoño.

"El programa de estímulo se diseñó para un período de dos años y el mayor impacto en la inversión llegará en la segunda mitad de este año", sostuvo en una entrevista organizada por un diario económico francés.

En cuanto a si confía en que la recesión finalizará en el último trimestre del año después de que la FED confirmara ayer su previsión de que la economía repuntará en el segundo semestre de 2009, Geithner respondió que todos los pronósticos de organismos privados "coinciden con esta percepción", pero puso de relieve que la labor del Departamento del Tesoro es "trabajar con todos los países" y que se hace lo suficiente para recuperar el crecimiento.

El Secretario recordó que la mayor fuente de debilidad se produjo en aquellos países donde hubo un rápido crecimiento del crédito, de los precios de la vivienda y un endeudamiento en el sistema financiero y que para poner en marcha "bases sólidas para la recuperación" hay que dejar que se complete el "proceso de ajuste".

La opinión del consenso
Apenas ocho de los 51 economistas encuestados por The Wall Street Journal acerca de esta posibilidad, dijeron que se necesitan más medidas de este tipo y sugirieron un gasto adicional promedio de unos u$s600.000 millones.

La mayoría de los economistas pronostica una tasa de desempleo de por lo menos 10% hasta junio del próximo año, la que caería a 9,5% antes de diciembre de 2010.

"Se acerca la madre de todas las recuperaciones sin empleo", manifestó Allen Sinai de Decision Economics. El economista, sin embargo, es partidario de dejar que transcurra el tiempo suficiente para que "los rezagos de las decisiones de política fiscal y monetaria se puedan "sentir en todo el sistema".

Al igual que la mayoría de los economistas sondeados, Sinai indicó que el grueso del paquete de estímulo no surtirá efecto hasta 2010.

Nicholas Perna, de Perna Associates, uno de los partidarios de una nueva ronda de ayuda, dijo que hay razones de peso para ello. "La más evidente es la necesidad de compensar la gran presión fiscal que recién empieza debido a los aumentos de impuestos de los gobiernos estatales y locales y los recortes de gastos para tratar de equilibrar sus presupuestos", aseveró.

Algunos economistas esgrimieron otros motivos para oponerse a un nuevo estímulo. Más de un tercio dijo que el paquete fiscal tendrá un efecto limitado en la economía, mientras que el 6% manifestó que el estímulo ha perjudicado a la economía.

El director del Consejo de Asesores Económicos bajo la presidencia de Bill Clinton, Martin Baily, es claramente enemigo de tomar esta medida.

“Ya que la economía está ganando terreno, no creo que sea momento para un segundo estímulo. Además, el primero no ha tenido tiempo de funcionar todavía; aún sigue en curso. Si la economía empeora más de lo que se espera (en otras palabras, si el PBI declina rápidamente durante el tercer y cuarto trimestre de este año) entonces será momento de formularlo, el cual yo haría mediante devoluciones fiscales”, explicó.

“La razón de mi renuencia a crear un segundo paquete ahora es porque las proyecciones del déficit en el presupuesto son espantosas y hasta cierto punto podemos encontrar dificultades en su financiamiento. Como precaución, deberíamos ahorrar lo que queda del dinero del TARP (Programa de Alivio para Activos en Problemas, por sus siglas en inglés) para el sector financiero”, amplió.

Para Arnold Kling, ex economista de la junta de la Reserva Federal, “una parte muy reducida del estímulo tendrá efectos este año, así que si intentan mostrar empíricamente que está o no funcionando, no les será posible porque ha pasado muy poco”.

“Si los economistas lo estuvieran diseñando, lo harían de tal forma que comenzara a funcionar pronto, pero sea cual sea la razón, la administración decidió que fueran los líderes en el Congreso quienes llevaran a cabo estas políticas. Estos se enfocaron más en lo que les beneficiaría a ellos políticamente hablando que en lo que pondría de nuevo en marcha a la economía”, sostuvo.

Por último, Mark Sandy, Director de Economía de Moody's Economy.com explicó que “sería prematuro llegar a la conclusión de que necesitamos otra ronda de estímulos. Creo que los que están en vigencia están funcionando de forma muy apegada a lo esperado, pero esto no significa que los legisladores no deban estar planeando algo. Las posibilidades de que necesitemos otra ola de esfuerzos en las políticas para rescatar la economía para 2010 son altas, pero antes debe crearse un balance”.

Sandy fue contundente al afirmar que “el riesgo de todo esto es que los inversionistas a nivel mundial están preocupados de que estemos manejando déficits enormes; si se sublevan, entonces las tasas de interés se elevarán y se nos invalidará cualquier beneficio de otro estímulo”.

“En realidad, deberíamos concentrarnos en la moderación de las ejecuciones hipotecarias: el Presidente ha puesto en marcha un plan bastante agresivo y no parece estar funcionando, y si los precios en las viviendas están cayendo, la economía no va a llegar a ningún lado”, concluyó, no sin razón, Sandy.

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