jueves, 16 de abril de 2020

¿Por qué en plena cuarentena, los que faltan son los pesos y el que sube es el dólar?

En los últimos días comenzó a verse con cierta nitidez otra de las clásicas contradicciones que suelen atormentar al mercado local y que puede resumirse de la siguiente manera: mientras que empresas y personas tienen cada vez menos pesos, el dólar libre pega otro salto. El cuadro de situación es el siguiente: por un lado, desde que estalló la pandemia y aún más desde que el Gobierno estableció la cuarentena, toda la actividad económica entró en un enorme parate que con algunas excepciones se mantiene hasta estos días y seguramente se prolongará por algunas semanas más. Es bien sabido que a partir de este nuevo escenario muchísimas actividades tanto comerciales como industriales y de servicios se vieron imposibilitadas de seguir trabajando, por lo que sus ventas o ingresos se vieron reducidas en forma sustancial, por lo que se complicó la posibilidad de hacer frente a sus obligaciones básicas, como el pago de salarios, a proveedores, impuestos, etc. En cuanto a su personal, en muchos casos se acordaron rebajas en los salarios de aquellos rubros donde se puede hacer home office o como forma de evitar despidos masivos. Por la misma razón, miles de personas que trabajan en forma independiente se vieron privadas de salir a trabajar por lo que sus ingresos también se redujeron a la menor expresión. Antes esta situación, el Gobierno anunció el lanzamiento de diferentes medidas para tratar de auxiliarlos ante la emergencia, aunque sea en forma parcial y con distintos grados de efectividad. Como consecuencia de todo ello, es obvio que con bolsillos flacos son escasas las posibilidades de atender algún tipo de consumo fuera del estrictamente necesario y mucho menos de ahorrar. En la vereda de enfrente existen algunos bolsones de liquidez, entre los que se pueden mencionar algunas actividades que siguen funcionando y que cobran en efectivo o incluso familias que cuentan con saldos en sus cuentas superiores a los de un momento de normalidad, más aún en aquellos casos en los que optaron por financiar sus tarjetas de crédito. Entonces, ¿qué hacen con esa plata? Compran dólares como forma de cobertura e incluso con la posibilidad de venderlos en el corto plazo. ¿Por qué lo hacen? Porque hoy las expectativas juegan en contra, ya que se suman varios factores negativos que van desde las dudas que genera la oferta oficial para reestructurar la deuda, que en caso de fracasar nos puede llevar a un nuevo default, el malestar por el proyecto a la riqueza y la super emisión monetaria, con tasas de interés que se desbarrancan y promesas de inflación creciente en el mediano plazo. Desde ya que quienes hoy optan por ir al blue presionan por entrar a un mercado extremadamente reducido, compuesto muy pocos vendedores, muchos de ellos de ocasión e igualmente escasos de billetes. Es por ello que en cuestión de días, el precio del blue pasó de los $84 del lunes pasado a los casi cien de hoy. De este cóctel surge una ecuación básica de economía: aumento de la demanda, oferta muy reducida, ergo, precio que sube. Hasta cuándo? Nadie lo sabe. Más allá de lo que pueda suceder, hay que tener en cuenta algunos mecanismos que comenzarán a funcionar en breve y que pueden incrementar notablemente la oferta de billetes, ante la necesidad de muchas empresas y personas de hacerse de pesos y así poder cumplir con obligaciones pendientes. Entre ellos se destacan la reapertura de las cajas de seguridad y la posibilidad de volver a retirar dólares de las cajas de ahorro de los bancos, algo que estuvo vedado desde el pasado 20 de marzo. La contradicción, entonces, viene dada por la notoria la falta de pesos que afecta tanto a empresas y personas por un lado y una demanda de dólares que, aunque muy reducida, presiona sobre su cotización, alimentada por quienes tienen excedentes de liquidez, aunque sean de corto plazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario