viernes, 5 de junio de 2009

Un conocido fantasma vuelve a escena para asustar a la economía global

Tras la inyección de billonarias sumas de dinero por parte de los distintos países para frenar la recesión, muchos analistas advierten del nuevo escenario


La recuperación de las bolsas y las materias primas, así como la caída de los bonos, intentan emitir un mensaje muy importante sobre el escenario económico que viene: desapareció el miedo a la deflación, es decir, a una caída sostenida de los precios producto del escenario recesivo.

Esta “ausencia del temor”, se debe en buena medida, a las agresivas medidas tomadas por los Gobiernos y los bancos centrales de los distintos países: baja de las tasas de interés hasta cero, inyecciones masivas de liquidez, compras de activos, entrada generalizada en el capital de la banca, planes de rescate, planes de estímulo económico.

Todo esto tuvo que ser implementado para frenar el derrumbe que trajo la burbuja inmobiliaria que se generó en los Estados Unidos.

Pero los analistas internacionales ya comienzan a advertir que todas estas medidas tienen que ser anuladas muy rápidamente, en cuanto comience la recuperación porque, en caso contrario, esta conjunción nunca vista de estímulos llevará a la hiperinflación con altísima probabilidad.

El famoso inversor Marc Faber, para muchos un “gurú de las finanzas”, cree que Estados Unidos va a entrar en un período de hiperinflación que se acercará a los niveles de Zimbabwe, ya que la Reserva Federal se mostrará reacia a subir las tasas de interés.

La inflación en Zimbabwe alcanzó los 231 millones por ciento en julio del año pasado, último dato disponible sobre precios del país africano.

En una entrevista con Bloomberg Televisión, Faber expresó que "estoy un 100% seguro de que Estados Unidos irá hacia la hiperinflación".

"El problema de que la deuda crezca demasiado es que cuando llegue el momento y la Reserva Federal deba subir las tasas de interés, se va a mostrar muy reacia a hacerlo y entonces la inflación empezará a acelerarse", amplió.

Faber cree que la economía global no volverá a los niveles de "prosperidad" de 2006 y 2007 incluso aunque se rebote desde la recesión. Sin embargo, cree que la renta variable estadounidense no volverá a los mínimos, gracias al incremento del suministro de dinero.

Pese a ello, cree que los mercados están más bien sobrecomprados y que "no están baratos".

En línea con estas apreciaciones, Mariano Sardans, CEO de FDI inversiones, considera que los países desarrollados (EE.UU., Inglaterra, Japón y el bloque Europeo) han salido a ponerle el cuerpo a la crisis internacional inundando con dinero casi gratis sus economías.

“Obviamente esto no va a ser gratuito y una de las consecuencias, una vez que las mismas se reactiven, podría ser una inflación para los próximos años aún superior a la que se dio a finales de los ´70 y comienzo de los '80, cuando por ejemplo, en los EE.UU. llegó a picos del 14% anual”, explicó Sardans en diálogo con iProfesional.com.

Las quejas llegan desde EuropaPero Faber no es el único, ya que la propia canciller de Alemania, Angela Merkel, criticó con extrema dureza la labor de los bancos centrales en la gestión de la crisis y, en especial, alertó por la entrada a un territorio desconocido, que es aquel que supone la puesta en marcha de la máquina de imprimir dinero: la compra de activos para reactivar los mercados, a mediano plazo tendrá considerables efectos sobre la temida suba general de precios y el derrumbe de algunas monedas.

"Observo con alto grado de escepticismo la extensión de los poderes de la Reserva Federal de Estados Unidos y del Banco de Inglaterra, e incluso el Banco Central Europeo (BCE) se ha plegado de alguna manera a las presiones internacionales", disparó.

Las declaraciones de Merkel elevan el rango de los ataques que en las últimas semanas se han lanzado desde Alemania contra el giro en la política del BCE cuyo consejo de gobierno anunció los detalles de la versión europea de la máquina de imprimir dinero.

El ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, y sobre todo el presidente del banco central germano, Axel Weber, han dejado clara su incomodidad con la lluvia de liquidez lanzada por el BCE en los últimos meses, por las dificultades que pueden presentarse cuando llegue la recuperación para reabsorber todo ese dinero y por los peligros inflacionarios que conlleva.

Ya asoman los negocios especulativos
En este contexto, una firma de fondos de inversión que ha cosechado inmensas ganancias el año pasado apostando contra el mercado, está a punto de abrir un fondo con una postura basada en otra premisa: que los esfuerzos masivos de estimulación financiera de los gobiernos darán como resultado una hiperinflación.

La firma, Universa Investments L.P., es conocida por sus conexiones con el famoso inversor Nassim Nicholas Taleb, autor del best seller "The Black Swan," (El Cisne Negro), que describe el impacto de los eventos extremos del mundo y de los mercados financieros.

Los fondos manejados por Universa, que son propiedad de un amigo y colaborador de Taleb desde hace mucho tiempo, Mark Spitznagel, ganaron el año pasado más de un 100% gracias a sus apuestas en tiempo de bajas.

Universa ahora maneja aproximadamente u$s6 mil millones, monto que representa un incremento considerable, si se tiene en cuenta los u$s300 millones con los que comenzó en enero de 2007.

La apuesta que hace la firma es que la inflación llegará a niveles que pocos esperan.
Taleb dice que cualquier deflación sería enfrentada con un movimiento agresivo por parte de los gobiernos para estimular sus economías, llevando inevitablemente a un descontrolado y súbito aumento de precios.

Por medio de la apertura de un Fondo de Inflación, Spitznagel está intentando capitalizar una ola de demandas de los inversores para sus productos, los cuales, cuando son acertados pueden brindarles protección conta los movimientos extremos del mercado.

La nueva estrategia tiene como objetivo obtener grandes ganancias tanto si la inflación como las tasas de interés se despegan, tal como lo hicieran en la década del setenta.

En su presentación, Universa anunció que realizará inversiones en opciones ligadas a commodities, como por ejemplo granos, petróleo en crudo y cobre, así como también opciones en las acciones de compañías petroleras y mineras.

"Pensamos que estas cosas van a ver una volatilidad masiva", dijo Taleb en una entrevista, que publicó la prestigiosa y especalizada revista Barron’s.

El fondo también apostará en contra de los Bonos de la Tesorería, que tienden a debilitarse en ambientes inflacionarios.

La semana pasada, el rendimiento de los mismos escaló a su valor más alto desde noviembre, a medida que los precios caían por el mayor temor que viene generando la futura inflación. El precio del petróleo se elevó a u$s66 el barril.

El oro se está acercando casi a los mil dólares la onza.La inversión mínima que se puede realizar en los otros fondos de la firma es de u$s25 millones, aunque en rara ocasión aceptó inversiones menores a u$s100 millones, comentó una persona familiarizada con el fondo.

Estándares similares se verán posiblemente aplicados al nuevo fondo, denominado, (El Cisne Negro Protocolo de Protección – Inflación) The Black Swan Protection Protocol-Inflation, de acuerdo con esta persona.

El término Black Swan o Cisne Negro, que se ha vuelto una frase común en el mercado en los últimos años, alude a la creencia ampliamente aceptada hace ya varios siglos en Amsterdam de que todos los cisnes eran blancos.

Esta noción se comprobó que era falsa cuando los exploradores europeos descubrieron que también los había negros en Australia. Un evento de cisne negro, de acuerdo con Taleb es algo extremo, muy raro y altamente inesperado.

El inversor argentino también tiene opciones para cubrirseDe producirse esta circunstancia, el inversor argentino medio, para el cual atesorar billetes en cajas de seguridad suelse ser habitual, sería una pésima noticia, ya que estaría perdiendo parte de su poder adquisitivo, aun en esa divisa, sólo por el efecto inflacionario.

“Este escenario se dará, salvo que los respectivos Bancos Centrales logren reabsorber a tiempo esa inmensa masa de dinero, canjeándola por el monto equivalente en activos tóxicos e ilíquidos que se vieron obligados a adquirir para que sus grandes bancos y empresas no sucumban”, explicó Sardans, quien agregó que “hoy por hoy, ese canje se ve muy difícil de que pueda concretarse a tiempo para contrarrestar la demanda contenida luego de superada la recesión global. Por consiguiente hay que prepararse para tomar acciones defensivas”.

En opinión del CEO de FDI, y ante la imposibilidad de contar con los montos mínimos que exige el fondo de Taleb, lo conveniente no serán ni metales, ni inmuebles, ni commodities. Mucho menos la opción de los bonos de EE.UU.

“La solución es simple y al alcance de cualquier ahorrista: los certificados de depósito de corto plazo (CDs) que operan los bancos americanos, que siempre pagan por arriba de la tasa de inflación estimada" resaltó.

“Y como los CDs tienen el seguro del FDIC (o sea del Tesoro), salvo que uno posea un fondo de inversión gigante con u$s10.000 millones para invertir, a igual riesgo, siempre conviene operar con CDs”, concluyó Sardans.

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