martes, 14 de abril de 2009

"El oro es el único bien que se compra cuando hay miedo y codicia"

El que dijo estas palabras es Richard Russell, autor de las "Dow Theory Letters", quien agregó que es el único activo que, pese a todo, ha seguido en pie. La baja registrada en su cotización desde febrero es sólo una corrección temporaria ya que su atractivo no ha desaparecido


La cotización del oro se redujo en más de un 11% desde sus máximos de febrero, cuando superó los u$s1.000 la onza. Pero para algunos analistas, esta es sólo una corrección temporaria, ya que su atractivo no ha bajado en absoluto. Las próximas semanas pueden ser decisivas en tal aspecto.

En tal sentido, los futuros de oro en Estados Unidos trepaban luego de la festividad de Pascuas, a más de u$s900 la onza en medio de un ligero volumen el lunes, debido a que la caída del dólar y mercados accionarios más débiles impulsaron compras del metal como refugio.

Los futuros para entrega en junio subían el lunes u$s16,40, o un 1,9%, a u$s899,70 la onza en la división de metales COMEX de la Bolsa Mercantil de Nueva York.

Más allá de esta mejora de corto plazo, una explicación de la caída sufrida desde febrero puede encontrarse en el rally alcista de los mercados bursátiles en ese lapso, que sin dudas aplacó la fiebre compradora.

La opinión de los expertosSegún María Igartúa, en un artículo publicado por el medio español Cotizalia, “en las próximas semanas nos podemos encontrar ante un nuevo repunte, más si se confirman las palabras del analista George Soros del lunes pasado justificando las fuertes alzas del mes de marzo como un rebote dentro de un escenario bajista en Bolsa”.

Un elemento que será central en esta cuestión será el inicio de la temporada de balances de las corporaciones estadounidenses. Los analistas coinciden en que la nueva oleada de resultados trimestrales puede desatar de nuevo el pánico de los inversores si, efectivamente, las pérdidas se acercan a los niveles registrados en la Gran Depresión.

El oro ha sido aceptado como riqueza durante miles de años. Cuando todas las otras alternativas "han caído o se han vuelto sospechosas, el último activo que ha seguido en pie ha sido el oro”, aseguraba Richard Russell, autor de las Dow Theory Letters.

Para el autor, “el dorado metal no tiene equivalente ni deuda alineada a él. No necesita a los bancos centrales para asegurar su aceptación". Además, considera que es aceptado en todas partes, en cualquier cantidad, y que es una forma de indestructible y eterna riqueza.

Otra entidad que elevó sus pronósticos fue el banco JPMorgan, pues ubicó el precio en el 2009 a u$s960 la onza, desde los u$s831 estimados previamente, y su vaticinio para el 2010 lo acerca a u$s950 la onza.

"La inflación y la debilidad del dólar tiene que materializarse para justificar un oro por encima de los 1.000 dólares. Entre tanto, la amenaza de estos factores dará soporte a los precios", agregó el banco en una nota de investigación.

Y es que este metal precioso es un buen refugio en tiempos de crisis profunda, como la que se vive desde hace ya casi dos años. Además, cualquiera de los dos escenarios que se presenten a partir de ahora, tanto inflacionista como deflacionista, beneficia su cotización.

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