jueves, 9 de abril de 2009

¿Por qué AIG aún es una pesadilla para competidores, la FED y Obama?

El rescate de la companía ha sido el más controvertido de los paquetes de ayuda lanzados por el gobierno de George W. Bush bajo el Programa de Alivio en 2008 y continuado por el actual presidente. Qué está investigando el Estado y cuáles son las sospechas sobre la aseguradora

El rescate de AIG ha sido el más controvertido de los paquetes de ayuda lanzados bajo el Programa de Alivio (TARP), lanzado el año pasado por el gobierno de George W. Bush y continuado por Barack Obama, en medio de una severa crisis financiera y una profunda recesión económica.

La ayuda del gobierno provocó que decenas de miles de millones de dólares acabaran en manos de los socios comerciales de AIG, incluyendo grandes bancos en EE.UU. y Europa.

La mayor aseguradora del mundo sigue en el candelero. Ya no son las fiestas de sus ejecutivos en plena crisis, la increíble distribución de “bonus” pese a haber marcado la mayor pérdida corporativa de la historia moderna o las declaraciones de su ex CEO, en las que argumenta que no tuvo nada que ver con la crisis que casi hizo desaparecer a la compañia.

Ahora la cuestión pasa por el destino de los fondos que recibió la aseguradora como parte del programa de ayuda financiera por 787.000 millones de dólares.

En efecto, Neil Barofsky, encargado de supervisar el programa puso su mira en la aseguradora y ha abierto una investigación para saber si se pagó más de lo necesario y si la administración actuó de forma correcta.

Barofsky, inspector general del Programa de Alivio para Activos en Problemas del Tesoro, dijo en una carta al legislador Elijah Cummings que la investigación verá si AIG pagó "a sus contrapartes el 100 por ciento del valor nominal del reclamo y si hubo algún intento por renegociar y liquidar estos reclamos con 'recortes'".

En la misiva, fechada el 3 de abril, Barofsky le expresó a Cummings, un representante demócrata de Maryland, que la oficina del inspector general ya había comenzado una auditoría sobre la materia esa misma semana.

Los pagos realizados por AIG a varios bancos estadounidenses y europeos después de haber sido rescatada por el Gobierno están bajo sospecha. Barofsky indica en una carta del 3 de abril que el departamento que dirige ya había comenzado una auditoría sobre el asunto, a petición de 27 congresistas. Con la auditoría se quiere saber si AIG o el Gobierno hicieron intentos de reducir los pagos, una alternativa que sí fue empleada por otras entidades.

Según indica Bloomberg, los más de 90.000 millones de dólares que American International Group (AIG) repartió entre un total de quince entidades, entre las que figuran Goldman Sachs, Deutsche Bank, Barclays, Société Generalé o Santander, ha provocado las suspicacias de los legisladores acerca de si el dinero de los contribuyentes se está utilizando debidamente.

La cuestión es mucho más grave de lo que parece, por el hecho de que AIG tuvo que recurrir a fondos públicos, y que dicha financiación haya tenido que ser ampliada tres veces hasta un total de 180.000 millones de dólares.

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