lunes, 20 de abril de 2009

En medio de la crisis surge la alianza más inesperada

Los gobiernos de Estados Unidos y China acordaron establecer un grupo de trabajo que se reunirá en Washington este año con el objeto de plantear estrategias comunes en su intención de sacar a la economía mundial de la recesión. Las razones de uno y otro para tomar esta iniciativa

Lejos quedaron los días en los que se debió apelar a la política del “ping pong” para tratar de acercar posiciones entre ambas potencias. Eran los días de la guerra fría y en aquel entonces, ambos gobiernos apelaron a un campeonato mundial de ese deporte que se desarrollaba en Pekín para buscar un acercamiento.

La cuestión prosperó y poco tiempo después el presidente Richard Nixon visitaba dicho país en visita oficial luego de años de distanciamiento. Hoy Estados Unidos y China tienen la mejor voluntad de guiar una recuperación económica global, aunque les puede faltar fuerza.

El ex ministro de economía argentino Domingo Cavallo expresó que “China y los EE.UU. le están dando un buen ejemplo al Mundo. Sus sistemas políticos no podrían ser más diferentes. Sin embargo, ambas naciones están asumiendo una actitud responsable".

"China se avino, desde el inicio de la crisis financiera en los EE.UU., a poner en marcha un ambicioso programa de expansión fiscal, claramente complementario del programa necesariamente más restringido que, por su ya elevado déficit fiscal, podían impulsar los EE.UU”, agregó el ex ministro.

El presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió a sus colegas líderes mundiales en la reciente Cumbre del G20, en Londres, que no deberían contar con que los voraces consumidores estadounidenses generen el nivel de demanda que ayudó a conducir ocho años de crecimiento económico global.


Pero también dejó en claro que sin una maquinaria de crecimiento que reemplace el flojo consumo estadounidense, la economía global parece encaminada a una prolongada caída, seguida por sólo un tímido repunte.

Va a ser una paradoja difícil para el mundo, con la economía en el epicentro de la crisis -Estados Unidos- vista todavía como el salvador del mundo en general”, dijo Eswar Prasad, socio senior de Brookings Institution.

Antes de que Estados Unidos pueda salvar al mundo, debe lidiar con sus propios problemas de la turbulencia financiera, todavía encarnizada, y el peligroso estado de los bancos. Pero hacer eso no regenerará plenamente al consumidor estadounidense, que ha sido el mejor cliente del mundo en los últimos años.

Inclusive con la Reserva Federal estadounidense (FED) y el Gobierno federal prometiendo billones de dólares para revivir a la economía, los ciudadanos estadounidenses perdieron uSs 11,2 billones en patrimonio durante el año pasado y no están de humor para seguir en una gran fiesta de gasto.

China enfrenta una situación similar. Aunque puede, potencialmente, representar un rol importante en la recuperación, sus nerviosos consumidores están más propensos a ahorrar que a gastar, lo que hace poco para levantar al crecimiento global, dijo Prasad.

“Con el agravamiento de la crisis internacional, la economía China no pudo escapar por completo indemne a la profunda recesión en los países desarrollados y experimentó una fuerte desaceleración del crecimiento del PBI a fines de 2008: mientras a principios de año mostraba una expansión de dos dígitos (+10,6%), en el último trimestre se frenó a +6,8%; es una cifra envidiable para cualquier economía, pero baja en términos chinos”, explican desde M&S Consultores.

Eso deja a ambos países aun más dependientes de las exportaciones para levantar la producción, lo que no es una buena posición para estar, considerando que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos dijera esta semana que el comercio estaba en caída libre y que probablemente descendería un 13,2% este año.
“Esto crea un gran problema para la economía mundial”, dijo Prasad.

Eso es parte de la razón por la que el G20 acordó poner a disposición u$s 250.000 millones en financiamiento para el comercio. Sin embargo, para los Estados Unidos y para China el gran tema es encontrar clientes.

Es por ello que ambos países acordaron establecer un grupo de trabajo que se reuniría por primera vez en Washington en algún momento del año.

"Ambas partes decidieron establecer el "Dialogo Estratégico y Económico China-Estados Unidos", dijo la Casa Blanca en un comunicado emitido varios días después de que el presidente Barack Obama y su homólogo chino, Hu Jintao, se reunieran en Londres, previo a la cumbre del G20.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, exhortó a las dos potencias a trabajar más de cerca para sacar a la economía mundial de la recesión y dijo que la cooperación de ambos podría ayudar a frenar la división entre países desarrollados y emergentes.

Según el documento, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, y el vice primer ministro chino, Wang Qishan, presidirán las conversaciones económicas.
Obama dijo a la prensa al comienzo de la reunión que esperaba que las dos partes reforzarían sus relaciones para "ayudar a sentar las bases de cómo el mundo maneja una serie de desafíos".

Según la Casa Blanca, en la primera reunión de los dos líderes, Hu resaltó el compromiso de China para fortalecer el control macroeconómico y expandir su demanda interna. Ambos líderes acordaron también trabajar juntos para restablecer el crecimiento económico mundial y reforzar el sistema financiero.


Esta asociación es de conveniencia mutua y se extiende al resto del planeta. La crisis financiera los ha obligado a mantenerse unidos, porque el que lo haga primero causará un gran daño a los dos. China es el principal acreedor de EE.UU., pero a su vez EE.UU. es el principal cliente de China.

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